A pesar de las tendencias recientes que sugieren una mejora de la equidad en los patrones de vacunación, particularmente para los hispanos, las disparidades raciales persisten, sobre todo entre los negros
Los esfuerzos por lograr que los estadounidenses obtengan la vacuna contra el Covid-19 han pasado de una poderosa campaña nacional, a enfocarse en las minorías para evitar su rezago en esta fase vital, por lo cual los funcionarios de salud del gobierno están alentados por el hecho de que más hispanos están acudiendo a inmunizarse.
El hecho de que la administración del presidente Donald Trump emprendiera una cruzada contra la inmigración ilegal con tintes xenofóbicos, o condicionara la asistencia federal para los extranjeros residentes, tuvo un papel clave en la manera en que los hispanos estaban percibiendo el acceso a la vacuna, de acuerdo con funcionarios de la Casa Blanca.
En las próximas semanas la administración Biden redoblará sus esfuerzos para lograr que los gobiernos estatales sumen el respaldo de líderes locales que impulsen a sus comunidades a vacunarse, para lo cual deberán romperse barreras que van desde los medios de transporte, al temor de perder horas de trabajo o ingresos por acudir a la cita.
Durante las últimas dos semanas (del 24 de mayo al 7 de junio de 2021), el ritmo de vacunación en términos macros continuó siendo similar para las personas negras e hispanas, mientras que se desaceleró para las poblaciones blancas y asiáticas, de acuerdo con los reportes recopilados por la Kaiser Family Fundation (KFF), que provee información sobre asuntos de salud pública.
Sin embargo, si las tendencias actuales se mantienen al ritmo actual de vacunación, el 65% de los mayores de 12 años estarían al menos parcialmente vacunados para el 4 de julio, pero las tasas serían más bajas para los hispanos, y especialmente los negros, admitieron los expertos e investigadores de la Keiser Fundation y la Universidad de Stanford.
“Los asiáticos son el único grupo que se estima que supera el 70% de la tasa de vacunación, mientras que los blancos (66%) y los hispanos (63%) serán tímidos para alcanzar este nivel, y solo alrededor de la mitad (51%) de los negros tendrán al menos una dosis de la vacuna antes del 4 de julio, según las tendencias actuales”, advierte el reporte.
Por ahora el dato alentador es que en ese universo de inmunización que a diario está sumando a miles de personas a lo largo de toda la nación, hubo un aumento de 1.9 puntos dentro de la comunidad negra, del 29.1% al 31.0%, y aún mayor para los hispanos, de 2.8 puntos, al pasar 32.3% al 35.1%, lo que está contribuyendo a reducir la brecha entre razas.
La población hispana de Estados Unidos alcanzó los 60,6 millones en 2019, frente a los 50,7 millones en 2010, de acuerdos a los datos del Pew Center.
Esto convierte a los hispanos en el segundo grupo racial o étnico de más rápido crecimiento en la nación después de los asiáticos americanos. Los hispanos constituían el 17,2% de la población del país en 2019, frente al 16% en 2010 y solo el 5% en 1970.
Esto explica el hecho de que haya sido una de las minorías más golpeadas durante la pandemia, con una tasa de decesos superior a cualquier otra comunidad del país.
Los perfiles demográficos de los vacunados que recopilan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) evidenció que, al menos en los últimos 14 días, hasta el 13 de junio, 1,06 millones de hispanos había emprendido el proceso de vacunación, un ritmo que redobla al de los afroamericanos con apenas 431 mil inmunizaciones iniciadas en las últimas dos semanas.
Para Nambi Ndugga y Samantha Artiga, expertos de la Kaiser Family Fundation, “estos datos muestran que a pesar de las tendencias recientes que sugieren una mejora de la equidad en los patrones de vacunación contra Covid-19, particularmente para los hispanos, las disparidades raciales persisten, particularmente para los negros”.
“Abordar estas disparidades será importante para mitigar los impactos desproporcionados de la pandemia para las personas de color, evitar el aumento de las disparidades en el futuro y lograr los objetivos nacionales de vacunación”, escribieron los especialistas en un reporte.
Hasta el domingo 13 de junio, 173.8 millones de estadounidenses recibieron, al menos, una dosis de la vacuna, un 64,4%% de la población del país, y 143.9 millones estaban completamente inmunizados, según los CDC.
Cuando el gobierno federal hizo elegible la vacuna para todas las personas, sin importar edad o condición preexistente, un mar de prejuicios ya ahogaba a los estadounidenses.
Cultivo de dudas
Las teorías conspirativas y las campañas de desinformación a través de internet minaron la credibilidad del proceso, sobre todo, luego de un año marcado por el estallido de la pandemia y una campaña presidencial polarizada.
El doctor Cameron Webb, asesor principal de políticas de la Casa Blanca para la equidad en la lucha contra el COVID-19, dijo que la administración está siguiendo de cerca el modo en que los hispanos están acudiendo a vacunarse y relacionó el repunte al hecho de que la información correcta está llegando a ellos.
“En los últimos 14 días, una de cada cuatro vacunas ha ido a personas de la comunidad latina. ¿Por qué estamos viendo esto? Una de las principales razones es que los latinos desconocían si eran elegibles o no. Los criterios de elegibilidad eran confusos, diferentes en cada estado. Y la gente que simplemente no sabía, no acudía”, comentó el doctor Webb a ITEMP en una entrevista.
El 18 de abril pasado el presidente Biden indicó que todos los adultos eran elegibles para la vacunación por lo cual “todo cambió literalmente dentro de la comunidad latina. El aumento se comenzó a dar” progresivamente, añadió el funcionario.
Entre el 1 de junio y el 13 junio los latinos sumaron casi dos millones de personas vacunadas completamente, al pasar de 10,6 millones a 12,10 millones, la minoría con mayor despunte de inmunización en toda la nación, de acuerdo con los CDC.
No obstante, los técnicos de esta agencia recuerdan que los datos demográficos solo representan las áreas geográficas que aportaron datos y pueden diferir según las poblaciones priorizadas dentro de la fase de vacunación de cada estado o jurisdicción.
Las cifras examinadas por ITEMP en las últimas tres semanas, entre el 10 de mayo y el 1 junio, arrojaron un desconcertante panorama sobre el acceso a las vacunas por parte de los hispanos y afroamericanos, pero desde que comenzó junio hasta el día 10, los datos han dado un tímido cambio a un ritmo esperanzador.
“Algunas de las preocupaciones originales (para los latinos) estaban relacionadas con la inmigración”, dijo Webb, quien antes de asumir su cargo, en enero, se desempeñaba como profesor asistente de medicina y ciencias de la salud pública en la Universidad de Virginia.
“Muchas de esas preocupaciones originales eran, ¿va a haber redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en los sitios de vacunación? Esta agencia salió y dijo que ‘no vamos a hacer ningún tipo de control migratorio en o alrededor de estos sitios’. Con esto, las personas, los grupos familiares, los amigos, se sintieron más cómodos y comenzaron a acudir”.
Desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo, ICE ha tomado varias medidas para revertir o modificar la política de la agencia bajo la administración Trump.
Otras de las barreras con las que se encontró el equipo de respuesta al Covid-19 de la Casa Blanca fue la confusión o desconocimiento de la comunidad latina sobre la gratuidad de la vacuna, por lo cual los funcionarios de salud del gobierno están haciendo énfasis en que no hay costo alguno a la hora de inmunizarse, sin importar el estado donde resida o el estatus migratorio.
“¿Cuál va a ser el coste? Bueno, hemos dicho una y otra vez que estas vacunas son gratuitas. ¿Cuánto es gratis? Totalmente gratis, y me gusta hacer énfasis en esa idea”, zanjó Webb.
El funcionario recordó que “durante la última administración hubo un efecto paralizador sobre lo relacionado con la carga pública. Así que la gente no quería ver que los recursos federales fueran gastados sobre ellos porque pensaban que perjudicaría su capacidad, en última instancia, para permanecer en este país”.
“Sabemos que esa política tiene un efecto amedrentador”, advirtió.
Por su parte, la doctora Eneida Roldan, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad Internacional de Florida (FIU) dijo que “hay un factor científico que está activado (para promover la vacunación entre los hispanos), pero es importante las campañas de personas conocidas en sus comunidades que puedan atraer a quienes se están resistiendo. El objetivo es reducir la resistencia sobre la vacuna”.
Juan Carlos Piedrahita es uno de esos hispanos que se muestra contrario a obtener la vacuna, “dispuesto a esperar un tiempo hasta que los estudios sobre sus efectos estén realmente avanzados”.
De origen colombiano y con varios años residiendo en la ciudad de Miami, el señor Piedrahita admite sus dudas sobre la efectividad de las vacunas, a pesar de que en su familia la mayoría ha sido inmunizado.
“Es una opinión que no voy a cambiar: tengo dudas sobre los efectos de la vacuna y creo que debemos esperar”, admitió.
El presidente Biden ha señalado que la meta es alcanzar 70% de los estadounidenses totalmente vacunados para el 4 de julio cuando la nación celebra el día de la independencia. Sin embargo, hasta el lunes 14 de junio, casi 65% de los adultos ha recibido al menos una inyección y un 54.1% está totalmente inmunizada.
El país está al borde de los 600.000 fallecidos por coronavirus desde el inicio de la pandemia en febrero de 2020, la cifra más alta en el mundo, pero ahora están muriendo menos estadounidenses por día. Gracias a la vacunación masiva, los decesos en el país cayeron en 92% desde su pico a mediados de enero, cuando más de 3,000 personas perecieron en un día promedio.
Carlos Tagliafico contribuyó a la realización de esta historia