Cómo una astróloga trumpista y una cantante de los años ochenta avivaron teorías conspirativas sobre el Covid en Venezuela

Intencional o no, ambas están liderando en Twitter, Facebook o Instagram, el escepticismo sobre la vacuna con material promovido por grupos de ultraderecha, negacionistas y el Gobierno de Rusia.


La profesora Marte Torres imparte clases de Química en uno de los núcleos de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la casa de estudios más antigua de esa nación suramericana. 

A sus 59 años, Torres (el nombre ha sido cambiado por deseo de la entrevistada) se jactaba de tener buena salud. Pese a las restricciones impuestas al inicio de la pandemia de coronavirus por el líder autoritario de Venezuela, Nicolás Maduro, mantuvo la rutina de trotar a diario y practicar yoga los fines de semana. 

Pero a principios de agosto de 2021 terminó por convertirse en una de las 400 mil personas que hasta septiembre pasado han enfermado por Covid-19 en Venezuela, según cifras oficiales. 

Náuseas constantes, fatiga y disnea, fueron las secuelas que dejó el virus en su organismo luego de superar la enfermedad durante catorce días. 

Ahora es imposible para ella subir escaleras o caminar un trecho largo sin tener que recurrir a inhaladores para respirar. 

Por si fuera poco, los gastos por tratamiento pos-Covid le cuestan a su familia unos 500 dólares mensuales, una suma exorbitante para la gran mayoría de los venezolanos que comúnmente sobreviven con un salario mensual que ronda los 2 dólares en una nación con escasez de medicinas y alimentos básicos.  

El destino de esta profesora pudo ser distinto si hubiese decidido vacunarse en junio pasado cuando recibió una cita en su teléfono celular a través del Sistema Patria, la eufemística plataforma electrónica asociada al partido de gobierno, que es usada para la distribución de las vacunas en Venezuela. 

Pero la señora Marta es parte del controvertido grupo de venezolanos “anti-vacunación” contra el Covid-19 que viene recurriendo a afirmaciones científicamente falsas y teorías conspirativas apoyadas por la extrema derecha de Estados Unidos y Europa, para boicotear la inmunización.  

“He leído que las vacunas son transgénicas y eso me da miedo, porque puede hacer daño a la salud”, argumentó la docente para defender su rechazo al antígeno apenas comenzaron a surgir los primeros bulos contra la vacunación.   

A medida que la pandemia de COVID-19 forzó a millones de personas a quedarse en casa, las redes sociales se convirtieron en una aldea recurrente para la socialización a larga distancia. Esta tendencia también fue visible en América Latina, hogar de más de 430 millones de usuarios de Internet

El Observatorio Venezolano de Fake News (OVFN) identificó que las teorías conspirativas sobre el origen de la pandemia o los argumentos falsos contra las vacunas para combatir el coronavirus, están impactando en Venezuela a un ritmo voraz.

Un problema de credibilidad en las instituciones nacionales, además de la desinformación reinante en el plan epidemiológico gubernamental contra la actual crisis sanitaria, son las principales razones de esta realidad, dijo el OVFN. 

Nueva realidad

A partir de la expansión global de la pandemia, en marzo de 2020, decenas de cuentas personales en las plataformas de Twitter e Instagram se dedicaron a fomentar la desinformación y el escepticismo hacia la vacunación en Venezuela, con un patrón análogo al que surgió en Estados Unidos y algunos países europeos, comprobó el Proyecto Itemp.

Para los 14 millones de usuarios de redes sociales en Venezuela, Facebook, Instagram, Linkedin y Twitter, respectivamente, se convirtieron en las plataformas más populares para informarse, conforme en ese país se consolidó la censura en los medios impresos, televisivos y radiales.

En Venezuela 1.3 millones de personas son usuarios activos en Twitter y en los últimos años se ha convertido en la red social por excelencia para difundir información relacionada con la economía, la política doméstica, o interactuar en busca de otras opiniones. 

Facebook representó el 43,12% de todas las visitas a sitios de redes sociales en Venezuela a lo largo de 2020, mientras que la proporción de visitas de Twitter ascendió a casi el 21,3%. 

Los activistas anti-vacunación y difusores de información errónea sobre el coronavirus en Venezuela se “alojaron” en figuras de los medios locales de alto perfil que se oponen a la inmunización, para impulsar sus falsedades con mayor  proyección.

Al mismo tiempo, la retroalimentación de esas cuentas proviene de manera incauta de un ecosistema de desinformación y propaganda que el Gobierno de Rusia impulsó para confrontar a sus adversarios internacionales y asistir a sus aliados internos y externos, como reveló un informe del Departamento de Estado.

“El efecto multiplicador de medios puede, en ocasiones, crear tormentas de desinformación con potencialmente peligrosos
efectos para aquellos que Rusia percibe como adversarios a nivel internacional, nacional y local”.

Sensacionalismo y mentiras

Una astróloga y tarotista afamada por sus horóscopos, Adriana Azzi, y una estrella de cine y cantante cubano-venezolana que en la década de los ochenta del siglo pasado alcanzó proyección global, María Conchita Alonso, lideran la palestra anti-vacuna y desinformación en las redes sociales de Venezuela promoviendo contenidos sin credibilidad, encontró la investigación de Itemp.

Los hashtags más populares #Covid19 y #Coronavirus, junto con un análisis manual del contenido más compartido, sugieren que los asuntos vinculados a la pandemia fueron el enfoque principal.

Azzi y Alonso no residen en Venezuela desde hace algunos años, pero como otros millones de venezolanos en el exterior que emigraron producto de la crisis, dedican buena parte de sus 280 caracteres en Twitter a generar debates sobre la situación política que atraviesa su país. 

La novedad es que desde diciembre pasado hasta ahora están dedicando sus mensajes a opinar sobre la política de Estados Unidos en favor del expresidente Donald Trump, lanzar trinos sobre el curso de la pandemia, y en el peor de los escenarios, promover con frecuencia contenido sensacionalista o cuestionable, incluida la desinformación total.

En su cuenta de Twitter @Adrianazzias los comentarios sobre el tarot o el horóscopo pasaron a segundo plano para dar espacio a la agenda del coronavirus. 

La señora Azzi se presenta a sí misma como astróloga y tarotista, aunque algunas biografías en línea también se refieren a ella como filósofa. Nació en Caracas el 13 de marzo de 1965.

Se hizo un nombre en los medios de comunicación venezolanos cuando comenzó su programa de predicciones astrológicas en RCTV, uno de los principales canales de televisión abierta de Venezuela, el cual fue despojado de su concesión para transmitir su señal en 2007 por el entonces presidente, Hugo Chávez Frías.

Fue precisamente durante su estancia en RCTV que Azzi alcanzó mayor fama, tras expresar en 2002, durante un especial de televisión, que Chávez “no iba a llegar hasta 2021, que saldría de la presidencia muerto”.

El mandatario falleció en marzo de 2013 víctima de un cáncer.

Con una audiencia sustancial en Twitter de casi 900 mil seguidores (852.886 hasta septiembre), los caracteres que colman @Adrianazzias están llamando la atención contra la “tiranía covidiana” e informaciones erróneas sobre las vacunas y el “virus de Wuhan”, edulcorados con invocaciones a “Dios” para “salvar al mundo del caos”. 

Son las 9:00 de la mañana del sábado 25 de septiembre de 2021, y entre el río de noticias matutinas que inunda Twitter, se cuela uno de los mensajes de la astróloga.   

La mejor barrera de protección para tu salud es mantener a tu sistema inmunológico lejos del “Miedo” Así que mira el Sol, respira y eleva tu frecuencia con pensamientos positivos… A mayor frecuencia vibracional positiva mayor posibilidad de un sistema inmunológico fuerte”. 

A los pocos minutos el mensaje sobrepasaba los 400 retweets y 1,144 “me gusta”. Su audiencia torbellina va respondiendo, y asocia el mensaje al Covid-19 y a todo lo que atañe al virus coronavírico.

Entre las respuestas se encuentra la de una mujer llamada Nancy Hernández (@Nhm24), que reside, según su biografía en Twitter, en el estado Miranda, al centro norte de Venezuela. “Siempre lo he dicho, el  enemigo no es el virus, es el miedo, por eso los medios no descansan en su propagación”.

La investigación observó que de 670 mensajes e interacciones generadas por Azzi en su cuenta de Twitter desde el 1 al 28 de septiembre, 346 se relacionaron al coronavirus y la vacunación, 51% del total.

El mensaje de la astróloga se hace más potente en cuestión de una hora y llega hasta Telegram, en donde su canal supera los 12,385 suscriptores, pero ahí puede evadir la supervisión de las redes sociales y difundir desinformación sin censura. 

Solo aquel mensaje del “miedo”- para referirse a la vacuna desde Twitter-, alcanzó en Telegram las 4,500 vistas y 14 personas lo comentaron solo a la hora de su difusión.  

Azzi suele alternar ese tipo de informaciones con sus populares horóscopos y supuestas fórmulas para elevar las vibraciones energéticas, contenido que luego publica exclusivamente en su cuenta de Instagram y de Facebook.

La astróloga no respondió a un cuestionario de preguntas que buscaba aclarar algunas de sus publicaciones en redes sociales.

Su único comentario a través de un correo electrónico fue para insinuar, por medio de un video de youtube que no es de su autoría, que el periodista era un “burro” por cuestionarla.  

Telegram, la aplicación de mensajería y red social, con 500 millones de usuarios en todo el mundo, se ha popularizado en Venezuela en los últimos años. Durante la pandemia, como demostró la astróloga Azzi, se volvió un refugio para el negacionismo del coronavirus. 

Lejos de tierra

Un grueso de la desinformación que está corriendo en Venezuela por parte de quienes rechazan las vacunas o hablan de una conspiración global por la pandemia, tiene su epicentro en España, donde buena parte del contenido está procesado y traducido al español y luego viajará por el torrente informativo de la gran mayoría de naciones hispanohablantes.

Una investigación publicada en verano por el portal de periodismo Coda Story, la cual Itemp difundió en español, mostró que “el escepticismo sobre el Covid-19 en España fue alimentado por una mezcla ecléctica de simpatizantes de la derecha, activistas contra el sistema y teóricos de la conspiración donde Rusia tuvo otro rol clave”.  

Es la misma fórmula que ha corrido en Venezuela en el último año, a medida que personajes como Azzi, y el común de la población, promueven en sus redes sociales a teóricos españoles que llaman a rechazar la vacunación o enfrentarse al confinamiento.

En varios casos, pero no solo en temas relacionados con la pandemia, la cuenta de Twitter de la señora Azzi citó enunciados de un controvertido canal de Telegram llamado “Noticias Rafapal”, dirigido por el español Rafael Palacio, “ uno de los mayores difusores de información errónea sobre el coronavirus vinculado a Rusia en Telegram en español”, como lo describió la investigación de Coda Story. 

Cuando en marzo pasado Noticias Rafapal difundió que el laboratorio británico AstraZeneca podría haber utilizado datos obsoletos para sus estudios de vacunas, el origen de esa historia provenía de un artículo publicado días antes por RT en Español, un medio afiliado al Gobierno de Rusia.

El bulo construido por los rusos ya había sido difundido por la astróloga Azzi en su cuenta de Twitter a través de una supuesta agencia de noticias que no citaba fuentes ni origen de la historia. 

 Un informe del Centro de Transparencia de Twitter, señaló que desde enero de 2020 hasta julio de 2021 unos 11.7 millones de cuentas habían sido objetadas por difundir información incorrecta sobre la Covid-19.  Por la misma razón, 1,496 cuentas fueron suspendidas y eliminaron 43,010 contenidos. 

Para la artista cubano-venezolana María Conchita Alonso, esta sería la supuesta razón por la cual su cuenta de Twitter @MariaConchita_A no repunta en seguidores y acumula hasta ahora 152 mil followers.  

“Y siguen sin dejarme crecer con los nuevos seguidores que me llegan todos los días… And still, the new followers I get everyday, are not counted for… 0

En Latinoamérica el nombre de María Conchita Alonso se empezó a hacer popular en 1971, cuando la joven de entonces 16 años participó en un concurso de belleza para adolescentes que le dio el derecho para representar a Venezuela en la versión mundial del certamen, donde también ganó.

María Conchita Alonso en una foto (sin fecha) publicada por ella en su cuenta de Twitter

Poco a poco fue consolidando en paralelo una carrera como actriz y cantante. De hecho, en muchos países latinoamericanos el material tuvo mucho éxito y le dio estatus de estrella internacional. 

Desde la llegada del gobierno izquierdista de Chávez al poder, en 1999, se mostró abiertamente opuesta, en especial por su relación con el régimen castro-comunista cubano.  

La actriz, que maneja una cuenta verificada por Twitter como auténtica, no ha consolidado una buena reputación en la red social desde el estallido de la pandemia donde comenzó a debatir sobre la vacunación y teorías conspirativas, colando entre los retweet de mascotas y mensajes promocionales de sus espectáculos, cuentas con información errónea sobre el coronavirus. 

Dr. Sosa (@MariolySosap), Anabella (@anabellan76) y Angelisimo Renacido (Buenrollo13), las más promovidas por la cantante, son cuentas determinadas como promotoras de una compleja red de noticias falsas, propaganda extranjera y campañas a favor del expresidente Trump en Estados Unidos, halló la investigación de Itemp.

Fue imposible obtener una declaración de un portavoz de Twitter sobre esta historia.

“En Israel, los nuevos casos de covid arrojan los siguientes datos: 90% son vacunados con pauta completa (todas las dosis). 10% son vacunados parcialmente o no vacunados”, es uno de los mensajes escritos por “Dr. Sosa”, citó la señora Alonso en Twitter.  

Estas cuentas desinformativas que reciben el aval de personajes populares como la cantante venezolana Alonso no solo han promovido teorías que avivan el rechazo a los protocolos sanitarios,

También están difundiendo noticias falsas y argumentos engañosos sobre las vacunas (como el publicado sobre Israel), además que desestiman los efectos del virus y fomentan el rechazo hacia las autoridades científicas de los países. 

Pero hay algo más de fondo en el ecosistema de mentiras y conspiraciones. 

El informe de junio de 2020 del Departamento de Estado que retrató por primera vez las intenciones de Rusia para aprovechar políticamente la pandemia, reveló que parte del contenido desinformativo desde Twitter a través de medios pro Moscú  estaba siendo distribuido geográficamente desde Venezuela, donde el gobierno autoritario de Maduro mantiene una estrecha relación con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Desde junio de 2020 el Gobierno de Estados Unidos advirtió sobre el interés de Rusia por tergiversar información sobre la pandemia (Foto/Dreamstime)

Cuando en diciembre pasado María Conchita Alonso usó sus redes sociales para anunciar que había dado positivo al coronavirus, causó revuelo entre sus seguidores por asegurar que había muchas mentiras alrededor de la enfermedad, oponiéndose al uso de las mascarillas o las medidas de distanciamiento social. 

En el caso de Venezuela, una buena parte de perfiles analizados fueron creados entre 2014 y 2021, en su mayoría durante los años en los que se dieron fuertes protestas antigubernamentales.

Es común que estas cuentas hagan eco de medios de comunicación de extrema derecha como The Post Millenials y Panam Post, al igual que de opinadores catalogados de extrema derecha venezolana como el periodista Orlando Avendaño, o los analistas políticos Juan Carlos Sosa Azpúrua y Ángel García Branchs, que en determinadas ocasiones han publicado información falsa, de tendencia homofóbica y racista, como se observa en sus cuentas de Twitter.   

Washington state employees required to verify religious beliefs for vaccine mandate exemption

Ontario Liberal leader pressuring Ford on vaccine passports.

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La investigación de Itemp identificó dos tipos de perfiles, los que se describen con títulos profesionales como médicos, investigadores, científicos o periodistas, con el objetivo de obtener mayor credibilidad del público. 

Y el otro son cuentas que dicen pertenecer a amas de casas y padres de familias que publican mensajes con testimonios de malas experiencias con las vacunas o supuestos tratamientos efectivos al virus.

Es común que estas cuentas fabriquen y manipulen cifras y argumentos de fuentes sanitarias, medios de comunicación o cargos asociados a las empresas farmacéuticas.

 “Se presenta un septiembre oscuro. Mi caso, un familiar cercano le dió ayer noche un infarto con cuarenta y pico años. Intubada permanece en la UCI no dejan pasar a familiares cercanos. Los médicos dicen que le dió en infarto al corazón porque fumaba. Se puso las 2 dosis de Pfizer”

https://twitter.com/mujer_bruja/status/1430255224153853958?s=20

Según su ubicación los perfiles son creados principalmente en Venezuela, Estados Unidos, Uruguay, México y España. Se hacen llamar “Jauría” y usan hashtag cómo  #PuraSangre #SoyPuraSangre. Burlan la censura de  Twitter escribiendo las palabras: vacunas, COVID y virus con números, signos o abreviaciones. 

“Quieres más info sobre las v4ku…? Este Dr te lo puede dar. @GVDBossche”. 

“More info regarding the b4xin3s? #geertvandenbossche   has it… #happywednesday #felizmiercoles”, escribió María Conchita Alonzo en la red social

Aunque Twitter es la red social más usada para promover la desinformación y las campañas de desprestigios contra el SarsCov-2, también los conspiracionistas han creado portales webs y canales de Telegram para difundir la información sin censura, entre ellos, El diestro.es y Ormethion2.

 También existe una asociación civil llamada “Tierra Pura” creada con el supuesto “objetivo de organizar a la población en contra del nuevo orden mundial” , y del que la señora Azzi, como ejemplo, se ha hecho eco.  

“CUANDO TRUMP lanzó las vacunas a una velocidad récord en 2020, interrumpió por completo los planes de CABAL. Su plan original era matar al 90% de la humanidad y esclavizar al resto a través de 5 años de tortura”, tuiteó el movimiento.

El Observatorio Venezolano de Fake News registró 555 informaciones falsas que tienen como tema central el coronavirus, de las cuales 470 fueron compartidas a través de la aplicación telefónica Whatsapp, 41 por Twitter y 16 por Telegram. El alcance entre el público no se determinó. 

“El tema de la pandemia ha sido un espacio que han aprovechado los escépticos de las vacunas. En el caso de Venezuela, ha estado muy presente esta tendencia a la desinformación usando noticias falsas y reciclando temores y prejuicios que hay en la población”, dijo Andrés Cañizales, director de Medianálisis, una organización venezolana dedicada a incidir en el funcionamiento de los medios de comunicación y la práctica periodística.  

Las teorías de conspiración son uno de los tres grandes temas que abarcan los 287 bulos informativos relacionados al coronavirus que identificó el OVFN. 

Hasta agosto contabilizaron 30 unidades de noticias falseadas identificadas sobre supuestas conspiraciones, alianzas, injerencias y hasta alteraciones genéticas  propiciadas adrede en las vacunas.  

 Estos bulos promueven el  temor a vacunarse porque supuestamente las personas pueden ser inoculadas con plomo o metales pesados. 

En mayo de este año comenzaron a aparecer videos caseros en las redes sociales donde mostraban a las personas con un pequeño metal en el brazo, alegando propiedades magnéticas en el orificio donde hacían creer que fueron inyectados.

“En Venezuela hay gente que se niega a vacunarse por diferentes bulos o falsa información. Eso no lo hemos contabilizado, lo que sí sabemos es que la mayoría quiere vacunarse pero no hay vacunas en Venezuela”, dijo Huniades Urbina-Medina, pediatra e infectólogo y secretario de la Academia Nacional de Medicina de ese país.  

De acuerdo con un estudio de la encuestadora venezolana Delphos, 25% de la población (unos 7.5 millones) no se ha vacunado y tampoco quiere vacunarse. 

Al país solo han llegado 3.4 millones de vacunas rusas y chinas que han alcanzado para la inmunización completa de apenas el 11% de la población, según la  Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

A la tragedia social de Venezuela, producto del colapso económico por años de corrupción y despilfarro, se sumó la pandemia en 2020, que ha costado la vida a unas 4,300 personas hasta septiembre, de acuerdo con cifras del gobierno que están siendo cuestionadas por los expertos locales en salud pública.

Los perfiles anónimos que generan desinformación están aumentando a la par de la opacidad gubernamental, la escasez de medicinas, y el número de contagios en el país. Según cifras del Ministerio de Salud venezolano, el alza de contagios se mantiene desde agosto de 2020, siendo abril y julio de 2021 los meses con mayor número de casos.


Roberto Rodríguez Mijares contribuyó desde México con esta historia

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