A medida que la nación avanza para recuperar la normalidad que la pandemia de coronavirus alteró, casi dos millones de hogares en Florida siguen recibiendo cupones de alimentos con el aliciente de que la demanda se reduce conforme la economía se activa.
El Estado del Sol registró en 2020, por detrás de Oklahoma, el mayor porcentaje de hogares en el país solicitando ayudas para comprar alimentos en comparación con 2019, muestra de cómo la pandemia golpeó sectores neurálgicos de la economía local, halló una investigación del Proyecto ITEMP basado en datos públicos.
Debido a la pandemia, la dependencia de los residentes de Florida a las ayudas para adquirir comida dio su mayor salto en 2020, aunque esto no es solo una secuela de las circunstancias en un estado donde la inseguridad alimentaria es una de las más altas de la nación, según las estadísticas de la Oficina del Censo.
En septiembre de 2019, 1,5 millones de familias del estado recibieron food stamps y un año más tarde eran 2,2 millones, un salto de 46.7%.
El estado de Oklahoma ha tenido el mayor número de reclamos de asistencia alimentaria de toda la nación en términos porcentuales al pasar 2019 con 271 mil hogares recibiendo food stamps, al mismo período de 2020 con 539 mil familias asistidas, una variación de 104% en solo doce meses, según los datos del Departamento de Agricultura (USDA), autoridad federal que administra el programa.
El desequilibrio entre sueldos muy bajos frente rentas y servicios elevados, ha creado en Florida una distorsión económica cuya carga final la asume el gobierno y los contribuyentes con el paso del tiempo.
Más de 3.3 millones de floridanos luchaban por comprar alimentos nutritivos mucho antes de que la crisis del coronavirus irrumpiera en 2020, de acuerdo con el banco de alimentos Feeding Florida.
Mientras en 2019 esta organización distribuyó 61.5 millones de libras de alimentos en decenas de ciudades de Florida, en 2020 entregaron 119 millones de libras para responder a la demanda de asistencia de las comunidades afectadas por el impacto de la pandemia.
“La mayoría de los participantes de SNAP en Florida son pobres. Muchos hogares luchan por poner comida en la mesa. Los datos más recientes muestran que10,9% de los hogares padecía ‘inseguridad alimentaria’ o tenía dificultades para pagar una dieta nutricionalmente adecuada”, indicó en un informe el Centro de Prioridades de Política y Presupuesto.
Lo positivo por el momento es que, si para octubre del año pasado 2,1 millones de hogares estaban recibiendo al mes cupones de alimentos, para enero de 2021 eran 1,9 millones, una reducción que va al ritmo de la recuperación económica nacional, según los datos del estatal Departamento de Niños y Familias de Florida provistos a ITEMP.
Atrás quedaron los primeros seis meses de 2020 cuando en medio de un auge alarmante de casos de COVID-19 en todo Estados Unidos, millones de personas y familias recurrieron a la asistencia social, sobrecargando la capacidad de respuesta estatal y federal.
Con los condados de Miami Dade, Broward, Hillsborough y Orange en los primeros lugares por volumen de peticiones en Florida hasta diciembre, el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) o “food stamps” -como se conoce popularmente-, en enero de 2020 estaba beneficiando a 2.7 millones de personas para alcanzar en junio los 3.9 millones, la cifra más alta en tres décadas.
Piedra angular del sistema de asistencia social de Estados Unidos, el SNAP demostró ser fundamental para la estabilidad de las familias e individuos en cada circunstancia extraordinaria que ha golpeado a la nación desde hace medio siglo, como la Gran Recesión de 2008 que destruyó millones de empleos, hasta la nueva pandemia de coronavirus que ha igualado los efectos nocivos sobre la economía.
SNAP dirige los beneficios según las necesidades. Los hogares muy pobres reciben más beneficios que los hogares más cercanos a la línea de pobreza, ya que necesitan más ayuda para pagar una dieta adecuada. Los beneficiarios de SNAP en Florida recibieron $ 4.04 mil millones en beneficios en 2019, muestra un estudio del Centro de Prioridades de Política y Presupuesto.
Unas 42,9 millones de personas en todo el país recibieron food stamps en el año fiscal 2020 cuando en el mismo período de 2019 los beneficiaros fueron 37,6 millones, un 14% de diferencia causado por el cierre de la economía y las restricciones impuestas por el virus en diferentes estados.
Un promedio de 3,3 millones de personas al mes en Florida recibe food stamps (estampillas de comida, en español) y en 2018 representó un gasto de 5.76 billones de dólares del presupuesto.
Reflejos de la crisis
El hogar de María Victoria Castillo, en un suburbio de clase media del condado de Broward en Florida, depende cada vez más de las food stamps para poder sortear los gastos de alimentación que mensualmente le generan sus dos hijos menores. “Sin esa ayuda no puedo imaginar cómo estaría ahora”.
Cada mes la señora Castillo recibe un promedio de 450 dólares a través de una tarjeta electrónica los cuales consume casi por completo en las tiendas de comestibles.
“Los sueldos en Florida son muy bajos y el nivel de vida es muy costoso. Sin este tipo de ayudas, y con la pandemia que frenó las horas que tenía en mi trabajo, no podríamos comer en casa. No exagero”, dice Castillo, quien está en proceso de divorcio y se alista para reclamar ante la corte el child support.
“Ahora más que nunca, esto será una ayuda”, dice.
El salario mínimo de Florida es de $ 8.65 por hora, a partir del 1 de enero de 2021, pero el pasado año se aprobó por voto popular una legislación que lo incrementará gradualmente a $15 para 2026.
Mientras eso llega, millones de personas y cientos de miles de familias seguirán dependiendo de asistencia para comer cada mes, una realidad aplicable a una veintena de estados, según un estudio publicado en febrero por la Oficina de Investigación del Congreso.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dispuso que los montos de dinero de todos los beneficiarios del SNAP llegaran hasta la asignación mensual máxima según el tamaño del hogar para marzo de 2020 hasta marzo de 2021, una decisión que benefició a cientos de miles de hogares donde uno o más de sus integrantes perdió el empleo por la crisis de salud pública.
A partir de enero y hasta junio los montos por asistencia alimentaria aumentaron 15% tras la promulgación de la Ley Federal de Asignaciones Consolidadas de 2021, firmada por el presidente Donald Trump en diciembre pasado, que dispuso fondos extra para este programa.
“Todo va para los niños”
Cuando Yamile Hernández perdió su trabajo en una fábrica de esencias de la ciudad de Doral, en el condado de Miami Dade, la pandemia estaba en auge y la economía cerraba veloz devorando empleos, lo que hizo que temiera por la estabilidad de sus hijos.
Junto a su esposo, que se dedica a trabajar como obrero en el sector de la construcción, la señora Hernández mantiene un hogar con tres menores y de no ser por la ampliación de los fondos que recibió en las food stamps estos meses, sus hijos habrían tenido problemas de alimentación.
“Casi toda la asistencia que recibo por los niños se va en compras de comida sana, eso incluye frutas, carnes, pollo. Se trata de lograr una buena alimentación, lo cual es muy difícil cuando el dinero no alcanza”, admite Hernández, que en un solo año tuvo tres empleos debido a la irrupción de la pandemia.
En Florida, como el resto del país, casi60% de los participantes de SNAP (o food stamps) pertenecen a familias con niños, como el caso de Hernández, según datos del Servicio de Alimentos y Nutrición del Departamento de Agricultura.
En febrero el empleo en el país en los sectores de ocio y la hostelería aumentó en 355.000 puestos, ya que las restricciones relacionadas con la pandemia disminuyeron en algunos estados, según el último reporte del Departamento del Trabajo.
Ese buen dato pudo tener un impacto en Florida donde el turismo es un sector importante de la economía y se vio profundamente afectado con el cierre de los aeropuertos, hoteles y la recreación.
Cuatro quintas partes del aumento de puestos de trabajo en el país en febrero correspondió a servicios de alimentación y lugares para beber (+286.000). El empleo también creció en alojamiento (+36.000) y en diversiones, juegos de azar y recreación (+33.000), según la Oficina de Estadísticas Laborales.
En toda la nación en lo que va de año el empleo en el campo de ocio y hostelería se redujo en 3,5 millones, o 20,4%, lo que es para Florida una mala señal para su recuperación.
La tasa de desempleo en Florida, dependiente del sector servicio y manufactura, fue de 6.1% en diciembre de 2020, según el último dato disponible del estatal Departamento de Oportunidades Económicas.
Hasta diciembre había 614 mil floridanos desempleados de una fuerza laboral de 10,143,000, con una buena parte de este contingente de hombres y mujeres sin posibilidad de buscar trabajo porque tienen niños en casa y las escuelas aún permanecen cerradas.
La próxima publicación de estadísticas sobre empleo en Florida está programada para el 15 de marzo.
Los datos analizados por ITEMP sobre Florida arrojan que el volumen de solicitudes por hogar para recibir food stamps no ha sido lineal en el tiempo.
Mientras en 2019 hubo 1.4 millones de familias reclamando asistencia, en 2018 lo hicieron 1.7 millones. En 2015 unos 2.0 millones y para diciembre de 2020 eran 1.9 millones de hogares, de acuerdo con los datos del Departamento de Agricultura y el Departamento de Niños y Familias de Florida.