Se intensifica la represión en Venezuela en vísperas de la investidura presidencial

El nuevo gobierno de Trump está a pocos días de asumir el poder y no está claro si retomará la misma política de línea dura contra el presidente Nicolas Maduro que aplicó en su primer mandato


María Corina Machado, la politica conservadora que desafió al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en una transmisión nacional televisada en 2012, parece estar a punto de poner fin a un cuarto de siglo de gobierno socialista en el país suramericano.

Su objetivo de “liberar a Venezuela”, como ella proclama, parece estar cerca de cumplirse, o al menos esa es la sensación que se respira por estos días en las calles del país, en parte porque en Estados Unidos Donald Trump volverá a la Casa Blanca el próximo 20 de enero y los venezolanos confían en que su political de línea dura que aplicó hacia el gobierno autoritario de Nicolás Maduro terminará por surtir efecto.

¿Por qué está vez sí? ¿Cuál es la diferencia de este momento respecto a años anteriores? Es lo que se preguntan en estos días quienes no entienden, o dejaron de comprender, cómo funciona la vacilante política venezolana, cuando faltan horas para que el 10 de enero se inicie un nuevo periodo presidencial, como ordena la Constitución.

Esta vez Machado, convertida en líder de la oposición venezolana, se las ha sabido jugar al régimen de Maduro, quien insiste en juramentarse por tercera vez como presidente de Venezuela ante la Asamblea Nacional, controlada por su partido, a pesar de la avalancha de pruebas que demuestran que el autoritario líder socialista robó las elecciones de julio pasado. 

A más de seis meses de las elecciones presidenciales, el Consejo Nacional Electoral, el organismo encargado de los comicios, no ha mostrado las actas (papeletas de votación) que certifiquen la victoria de Maduro. Por el contrario, Machado, a través de su plataforma política, el Comando Venezuela, sí pudo demostrar el triunfo de la oposición. La líder junto a la organización de miles de venezolanos logró recaudar 85% de las actas, digitalizarlas y adjuntarlas a una nube segura de internet, en la cual se comprueba, voto a voto, la victoria del candidato opositor Edmundo González Urrutia el pasado 28 de julio, con más de 8 millones de votos. 

Estas papeletas han recorrido el mundo, varios gobiernos y organismos multilaterales las tienen y han podido comprobar que, efectivamente, la oposición venció al régimen actual y González fue electo como nuevo presidente de Venezuela. 

Pero esa verdad ha intensificado la represión del régimen venezolano, que mantiene más de 1,700 presos políticos en cárceles comunes y desde julio hasta ahora cinco de los detenidos durante las protestas post electorales han muerto bajo custodia del Estado. 

En los últimos días, las calles de la capital venezolana, Caracas, y de ciudades fronterizas con Colombia, han estado resguardadas bajo fuerte presencia de funcionarios policiales. Por otro lado, decenas de videos y fotografías en las redes sociales mostraron a personal militar entregando armas de largo alcance a civiles que simpatizan con Maduro, los llamados milicianos, que no son más que fuerzas paramilitares entrenadas para cumplir órdenes del gobierno.

María Corina Machado se encuentra en la clandestinidad desde finales de 2024 (Foto/Comando Venezuela)

El ministro del Interior, Diosdado Cabello, un aliado clave de Maduro, informó del despliegue de oficiales de contrainteligencia militar para “garantizar la paz”.

Mientras que, como vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), fundado por Chávez, llamó a marchas y caravanas motorizadas para el 9 de enero, el mismo día en que María Corina Machado hizo un llamado a los venezolanos a defender la democracia tomando las calles.  

En una reciente entrevista con la BBC de Londres, Machado aseguró que Maduro enfrenta su momento más crítico. A su parecer, el líder autoritario no tiene posibilidad de control social, perdió la legitimidad de origen y no cuenta con el apoyo internacional de aliados históricos como Brasil. 

La líder opositora se encuentra en la clandestinidad desde diciembre pasado, cuando conoció que Maduro había ordenado su detención.  

“Lo único que les queda es su capacidad represiva, lo cual cada día está más mermada porque dentro de las estructuras de los cuerpos policiales e instituciones, están viviendo lo mismo que todos los venezolanos. Además, hay serias fracturas dentro del régimen”, dijo Machado en la entrevista.  

Gira corta fuego

A la par de la intimidación con los órganos de seguridad en Venezuela y el llamado a la calle de Machado, Edmundo González, que huyó a España el verano pasado en busca de asilo político, se encuentra en una gira internacional con la que busca sumar apoyo de los países latinoamericanos que rechazan la decisión de Maduro de juramentarse.  

Esta semana llegó a Washington donde fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Joe Biden quien lo reconoció como “presidente electo de Venezuela”.

El presidente Joe Biden junto al presidente elect de Venezuela, Edmundo González en la Casa Blanca (Foto/WH)
El presidente Joe Biden junto al presidente elect de Venezuela, Edmundo González en la Casa Blanca (Foto/WH)

“El presidente Biden enfatizó que el mundo se inspiró en los millones de venezolanos que votaron valientemente por el cambio democrático en las profundamente defectuosas elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela, como demostró la recopilación de actas de recuento de votos que indicaban que González Urrutia recibió la mayor cantidad de votos por un margen insuperable”, indicó un comunicado de la Casa Blanca.

El líder opositor dijo que estuvo en contacto con el presidente electo, Donald Trump, quien relevará a Biden el próximo 20 de enero. También comentó que se había reunido con Mike Waltz, el asesor de Seguridad Nacional designado por Trump. 

La gira ha generado malestar en el régimen de Maduro quien, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores publicó comunicados contra los países que González visitó.

Joshua Godman, un periodista de investigación de Associate Press que escribe sobre América Latina y su relación con EEUU, recordó que, para los puestos de política exterior de alto nivel de su administración, Trump ha elegido a varios arquitectos de la campaña de “máxima presión” que llevó a cabo durante su primer mandato cuando intentó derrocar a Maduro. Entre ellos se encuentran el senador de Florida Marco Rubio para secretario de Estado y Mauricio Claver-Carone, ex asesor del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, como enviado especial a América Latina.

“Pero el fracaso de esas políticas es evidente y no está claro si Trump seguirá el mismo camino esta vez”, advirtió Godman esta semana en AP.  

Un escenario menos probable pero aún factible sugerido por los expertos consultados por InSight Crime es la “cohabitación pragmática”, que podría surgir si Tulsi Gabbard, la propuesta directora de inteligencia nacional que ha expresado preocupaciones sobre las sanciones excesivas, se convierte en una figura clave en la administración de Trump.

“Con este enfoque, Estados Unidos podría dejar de lado las sanciones y la presión para restablecer los lazos diplomáticos con Venezuela”, escribió Sarah Döbbener, experta en gobernanza y resolución de conflictos de InSight Crime.  

Hay un intenso interés en cómo el líder republicano llevará a cabo su agenda de inmigración, incluida su promesa de campaña de deportaciones masivas, que incluiría a cientos de venezolanos que entraron ilegalmente al país en los últimos meses. Sin embargo, esto depende de la voluntad de Maduro de recibir a sus nacionales, a lo que no está dispuesto al menos que reciba algo a cambio de Estados Unidos.

Döbbener explicó que para que Trump busque una cohabitación pragmática, sería necesario intensificar los esfuerzos para iniciar un diálogo entre las dos naciones. 

“Dado el respeto que ha manifestado Trump por figuras de autoridad, como el presidente ruso Vladimir Putin, podría inclinarse a negociar directamente con Maduro. Esas conversaciones podrían apuntar a reducir la migración desde Venezuela ofreciendo concesiones en las negociaciones del sector petrolero”.